'U' y Jockey Club del Perú necesitan vacunación urgente
Un sector de socios del Jockey Club del Perú cuestiona la postulación a la reelección de Alejandro Aguinaga como presidente de la institución. |
Ambas entidades atraviesan crisis administrativas y económicas. Algunos personajes aparecen como sombras en ambas instituciones.
Si bien es cierto que son dos instituciones que tienen tanto un origen distinto como masas societarias de diferente composición, tienen muchos factores comunes basados en las sucesivas directivas que justamente fueron elegidas por sus propios asociados.
En Universitario de Deportes se vive un tétrico proceso concursal con ribetes de película de suspenso dirigida por Alfred Hitchcock, donde cada vez aparecen nuevas situaciones que ponen a los cremas en peor situación. De directivas de socios han pasado a administraciones concursales, pero no se puede saber si es peor el remedio que la enfermedad.
En el Jockey Club del Perú aún no salen de las consecuencias de un pésimo contrato de arriendo de parte del terreno, que finalmente y en base a asambleas insólitas que duraban hasta las 5 de la madrugada. Ahí se rechazaban propuestas que finalmente, por arte de magia, aparecían como aprobadas en las actas que se exhibieron en los procesos judiciales.
El Estadio Monumental que inicialmente era un proyecto donde el cuadro crema no tenía –ni podía- que poner un centavo, ahora tiene una deuda que bordea solo por ese concepto los 90 millones de dólares y en una paradoja legal es prácticamente manejado por el ejecutor de la obra a quien se suponía no debía pagar nada. Aparecieron adendas realizadas sin conocimiento de la Asamblea de Asociados que luego permitieron un polémico laudo arbitral.
El último despojo de terrenos del Jockey Club fue por parte de la Municipalidad de Lima Metropolitana para lo cual se recurrió a un arbitraje que afortunadamente reconoce que se les debe reintegrar una buena cantidad de millones de dólares para sus alicaídas arcas institucionales basadas en los ingresos por las apuestas muy venidas a menos incluso antes de la pandemia.
Mientras tanto en el país hay una angustia para poder acceder a una de las escasas dosis de vacunas disponibles para la población, el presidente del Jockey Club del Perú, exministro de Salud procesado por el recurrente caso de las esterilizaciones forzadas. Alejandro Aguinaga no explica aún quien lo forzó a ser vacunado en conjunto con su esposa, mientras que centenares de colegas de profesión fallecen casi a diario desde el inicio de la pandemia.
Universitario tiene parte de su futuro en manos de INDECOPI, cuestionada institución estatal por distintos casos como los octógonos. Pero en el Jockey Club del Perú el secretario de la Junta Directiva, Rodolfo Castellano Salazar fue un alto funcionario de dicha institución. Esta directiva casualmente nombró a la Dra. Amanda Velásquez Escalante –ex funcionaria de INDECOPI, que estuvo en el inicio del inconstitucional proceso concursal de la “U”- como efímera Árbitro General de las próximas elecciones donde el vacunado Aguinaga intenta la reelección.
En consecuencia, al parecer tanto el Club Universitario de Deportes y el Jockey Club del Perú requieren ser vacunados con suma urgencia para impedir el avance del “virus” que los ha llevado al descalabro económico y administrativo.
En Universitario de Deportes se vive un tétrico proceso concursal con ribetes de película de suspenso dirigida por Alfred Hitchcock, donde cada vez aparecen nuevas situaciones que ponen a los cremas en peor situación. De directivas de socios han pasado a administraciones concursales, pero no se puede saber si es peor el remedio que la enfermedad.
En el Jockey Club del Perú aún no salen de las consecuencias de un pésimo contrato de arriendo de parte del terreno, que finalmente y en base a asambleas insólitas que duraban hasta las 5 de la madrugada. Ahí se rechazaban propuestas que finalmente, por arte de magia, aparecían como aprobadas en las actas que se exhibieron en los procesos judiciales.
El Estadio Monumental que inicialmente era un proyecto donde el cuadro crema no tenía –ni podía- que poner un centavo, ahora tiene una deuda que bordea solo por ese concepto los 90 millones de dólares y en una paradoja legal es prácticamente manejado por el ejecutor de la obra a quien se suponía no debía pagar nada. Aparecieron adendas realizadas sin conocimiento de la Asamblea de Asociados que luego permitieron un polémico laudo arbitral.
El último despojo de terrenos del Jockey Club fue por parte de la Municipalidad de Lima Metropolitana para lo cual se recurrió a un arbitraje que afortunadamente reconoce que se les debe reintegrar una buena cantidad de millones de dólares para sus alicaídas arcas institucionales basadas en los ingresos por las apuestas muy venidas a menos incluso antes de la pandemia.
Mientras tanto en el país hay una angustia para poder acceder a una de las escasas dosis de vacunas disponibles para la población, el presidente del Jockey Club del Perú, exministro de Salud procesado por el recurrente caso de las esterilizaciones forzadas. Alejandro Aguinaga no explica aún quien lo forzó a ser vacunado en conjunto con su esposa, mientras que centenares de colegas de profesión fallecen casi a diario desde el inicio de la pandemia.
Universitario tiene parte de su futuro en manos de INDECOPI, cuestionada institución estatal por distintos casos como los octógonos. Pero en el Jockey Club del Perú el secretario de la Junta Directiva, Rodolfo Castellano Salazar fue un alto funcionario de dicha institución. Esta directiva casualmente nombró a la Dra. Amanda Velásquez Escalante –ex funcionaria de INDECOPI, que estuvo en el inicio del inconstitucional proceso concursal de la “U”- como efímera Árbitro General de las próximas elecciones donde el vacunado Aguinaga intenta la reelección.
En consecuencia, al parecer tanto el Club Universitario de Deportes y el Jockey Club del Perú requieren ser vacunados con suma urgencia para impedir el avance del “virus” que los ha llevado al descalabro económico y administrativo.
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