El técnico
de la sonrisa permanente
Por Wilder Buleje
A Nicolás Núñez nadie lo llama por su nombre completo. Él es Nico. Y medio mundo del fútbol en Chile y otro medio mundo en Cusco lo reconoce por ese diminutivo que engrandece al magnífico ser humano que anda metido la mayor parte del día en la indumentaria deportiva del Deportivo Magallanes de Chile.
El “Hola Wilder” me alivia cuando lo tengo frente a frente en el gramado del Estadio Garcilaso. Pero Nico me tiene reservada una sorpresa más: me extiende un abrazo cálido en la fría tarde sabatina de Cusco. El entrenador más exitoso del fútbol chileno en 2022 me trata con un afecto inesperado, habida cuenta que solo hemos hablado por teléfono una sola vez.
Desde que lo vi desde un extremo de la cancha observé un detalle inolvidable: La sonrisa de Nico es su compañera fiel. Esa expresión suaviza sus órdenes, otorga confianza a sus jugadores y facilita la comunicación con los extraños a ese universo de uniformes donde se mezclan franjas blancas, celestes, azules y el negro de los pantalones cortos.
Incluso después del injusto 3-1 que le aplicó Cienciano al día siguiente, Nico mantuvo ese optimismo innato que espanta el dramatismo y empata con la razón. Es que el próximo domingo tiene una opción de prolongar la alegría del pueblo carabelero cuando enfrente al Colo Colo por la Supercopa sureña. El amistoso ante el Papá le dio algunas lecciones importantes.
En realidad, Nico aceptó el encuentro ante el cuadro rojo del Cusco porque en algunas semanas rivalizará ante el Always Ready de Bolivia por la fase preliminar de la Copa Libertadores en el estadio Hernando Siles de La Paz, a uno 3600 metros sobre el nivel del mar, unos doscientos metros más arriba que la Ciudad Imperial.
Pero el choque ante el equipo del colombiano Leonel Álvarez completó la mirada al plantel y le certificó la estructura base: el portero uruguayo Gastón Rodríguez en el arco, el experimentado argentino Fernando Piñero en la zaga, el joven y talentoso Alfred Canales en la volante, y el experimentado César Cortés en la explosión ofensiva.
Sobre ese eje gira el juego del Magallanes que tiene hombres con buen trato de balón y rapidez mental para tocar en primera. La tarea pendiente de Nico Núñez será complementar esa línea base de acuerdo con el posible esquema que le plantee el Colo Colo en la definición por la Supercopa este domingo 15.
Para esa contienda tendrá recuperados al colombiano Yorman Zapata, un delantero con vértigo y gol; y debe estar en mejor condición Albert Acevedo, otro de los jugadores veloces que marca la diferencia en la zaga del Magallanes.
En tanto que para el encuentro en La Paz contra el Always Ready deberá de echar mano de los jugadores con mayor oxigenación y capacidad de respuesta a la temible altitud de La Paz. Los goles que liquidaron al Magallanes en Cusco llegaron a tres minutos del final, cuando las piernas ya no respondían las órdenes del cerebro.
En el asueto nocturno del club chileno en Cusco, Nico Núñez seguía dibujando una sonrisa durante la cena en un local de la calle Espaderos. El entrenador de 38 años, exjugador de la Universidad Católica y Albacete de España, tiene las armas y los argumentos para extender esa seguidilla de triunfos del 2022: ascenso a la Primera División, campeón de la Copa Chile y acceso a la fase preliminar de la Copa Libertadores, mejor equipo chileno de la temporada.
Pienso que el próximo encuentro con Nico será muy similar al primero. “Hola Wilder” y después un fuerte abrazo. También es probable que exhiba el galardón de ganador de la Supercopa de Chile y quizá haya superado ese escollo de la altura ante Always Ready.
De lo que estoy seguro es que su optimismo inagotable se verá reflejado en esa sonrisa amable que obsequia a propios y extraños de manera permanente. Muy probablemente porque atesore con alegría su debut en el banco técnico en 2021 de la mano de Gino Valentini, su exentrenador y una suerte de padre futbolístico. ¡Suerte Nico!
A Nicolás Núñez nadie lo llama por su nombre completo. Él es Nico. Y medio mundo del fútbol en Chile y otro medio mundo en Cusco lo reconoce por ese diminutivo que engrandece al magnífico ser humano que anda metido la mayor parte del día en la indumentaria deportiva del Deportivo Magallanes de Chile.
El “Hola Wilder” me alivia cuando lo tengo frente a frente en el gramado del Estadio Garcilaso. Pero Nico me tiene reservada una sorpresa más: me extiende un abrazo cálido en la fría tarde sabatina de Cusco. El entrenador más exitoso del fútbol chileno en 2022 me trata con un afecto inesperado, habida cuenta que solo hemos hablado por teléfono una sola vez.
Desde que lo vi desde un extremo de la cancha observé un detalle inolvidable: La sonrisa de Nico es su compañera fiel. Esa expresión suaviza sus órdenes, otorga confianza a sus jugadores y facilita la comunicación con los extraños a ese universo de uniformes donde se mezclan franjas blancas, celestes, azules y el negro de los pantalones cortos.
Incluso después del injusto 3-1 que le aplicó Cienciano al día siguiente, Nico mantuvo ese optimismo innato que espanta el dramatismo y empata con la razón. Es que el próximo domingo tiene una opción de prolongar la alegría del pueblo carabelero cuando enfrente al Colo Colo por la Supercopa sureña. El amistoso ante el Papá le dio algunas lecciones importantes.
En realidad, Nico aceptó el encuentro ante el cuadro rojo del Cusco porque en algunas semanas rivalizará ante el Always Ready de Bolivia por la fase preliminar de la Copa Libertadores en el estadio Hernando Siles de La Paz, a uno 3600 metros sobre el nivel del mar, unos doscientos metros más arriba que la Ciudad Imperial.
Pero el choque ante el equipo del colombiano Leonel Álvarez completó la mirada al plantel y le certificó la estructura base: el portero uruguayo Gastón Rodríguez en el arco, el experimentado argentino Fernando Piñero en la zaga, el joven y talentoso Alfred Canales en la volante, y el experimentado César Cortés en la explosión ofensiva.
Sobre ese eje gira el juego del Magallanes que tiene hombres con buen trato de balón y rapidez mental para tocar en primera. La tarea pendiente de Nico Núñez será complementar esa línea base de acuerdo con el posible esquema que le plantee el Colo Colo en la definición por la Supercopa este domingo 15.
Para esa contienda tendrá recuperados al colombiano Yorman Zapata, un delantero con vértigo y gol; y debe estar en mejor condición Albert Acevedo, otro de los jugadores veloces que marca la diferencia en la zaga del Magallanes.
En tanto que para el encuentro en La Paz contra el Always Ready deberá de echar mano de los jugadores con mayor oxigenación y capacidad de respuesta a la temible altitud de La Paz. Los goles que liquidaron al Magallanes en Cusco llegaron a tres minutos del final, cuando las piernas ya no respondían las órdenes del cerebro.
En el asueto nocturno del club chileno en Cusco, Nico Núñez seguía dibujando una sonrisa durante la cena en un local de la calle Espaderos. El entrenador de 38 años, exjugador de la Universidad Católica y Albacete de España, tiene las armas y los argumentos para extender esa seguidilla de triunfos del 2022: ascenso a la Primera División, campeón de la Copa Chile y acceso a la fase preliminar de la Copa Libertadores, mejor equipo chileno de la temporada.
Pienso que el próximo encuentro con Nico será muy similar al primero. “Hola Wilder” y después un fuerte abrazo. También es probable que exhiba el galardón de ganador de la Supercopa de Chile y quizá haya superado ese escollo de la altura ante Always Ready.
De lo que estoy seguro es que su optimismo inagotable se verá reflejado en esa sonrisa amable que obsequia a propios y extraños de manera permanente. Muy probablemente porque atesore con alegría su debut en el banco técnico en 2021 de la mano de Gino Valentini, su exentrenador y una suerte de padre futbolístico. ¡Suerte Nico!
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