El legado de una tenista descomunal

Billie Jean King: La sencillez engrandece sus hazañas
La recordada Billie Jean King (con lentes) recibió merecido homenaje en la edición 2023 del Abierto de Tenis de Estados Unidos. La ex primera dama Michelle Obama encabezó el festejo.

Por Wilder Buleje

Primeros días de setiembre de 1994 en Nueva York. Estoy caminando hacia la sala de prensa después de actualizar mi credencial para asistir a las etapas finales del Abierto de Tenis de Estados Unidos. Llego a un ambiente próximo al complejo de oficinas del Estadio Central. Me cruzo con una persona cuyo rostro me parece familiar.

Una mujer de mediana edad me extiende una sonrisa amigable. Está de buen humor y me alienta con un saludo efusivo. Una corriente eléctrica ilumina mis recuerdos: ¡¡¡Billie Jean King!!! La tenía presente por artículos de sus hazañas y la famosa Batalla de los Sexos que fue el boom propagandístico que elevó el interés del tenis en el mundo en 1973.

Estoy frente a una leyenda y ella me serena con palabras cordiales que devuelvo en un inglés oxidado y con fuerte acento hispano. Ella se ha detenido y me ha paralizado en un corredor debajo de las tribunas de ese monstruo institucional que es como el corazón de la USTA (United States Tennis Association) ubicado en el extenso Corona Park del embellecido Flushing Meadows en un extremo de Queens.

Billie es frontal, directa, firme. Se interesa por Perú. Estuvo pendiente del partido que Jaime Yzaga le había ganado a Pete Sampras, el número uno de la ATP en ese momento. Rememora a Alejandro Olmedo. Se interesa por el tenis de mujeres, le digo que solo contamos con Laura Arraya (en el ránking de la WTA figuraba como Laura Gildemeister). Ella hace un gesto de conocerla.

“Deberían de desarrollar más el tenis en tu país, es un deporte maravilloso”, me dice con dulzura, sin nada de reproche. Después me pregunta por esa edición del US Open de 1994. Le digo que es la primera vez que asisto al certamen. “No te pierdas un solo partido, recorre la mayor cantidad de canchas”, me aconseja.

Ya estamos como cinco minutos en una charla amistosa y notaba que ella seguía hablando sin presión por el tiempo ni agobiada por alguna gestión pendiente. A los diez minutos caigo en la cuenta de que debía registrar ese momento. Le pido que pose conmigo para una foto. Ella accede de la manera más tierna.

Me atribuyo la culpabilidad de haberla retenido tanto tiempo en ese pasadizo y restarle minutos para sus tareas personales. Me vuelve a tranquilizar: “Cuando gustes volvemos a conversar”. Me extiende otra sonrisa amable y desaparece lentamente.
Esta foto tiene 29 años. La ocasión es propicia, pues el autor de la nota da fe de la sencillez y calidez de un portento de tenista como Billie Jean King.

UNA LEYENDA SIN POSTURAS


Así fue mi encuentro con Billie Jean King. Lo rememoro no por vanidad personal sino como testimonio de la grandeza personal de esa enorme figura del tenis. El mundo de la raqueta le acaba de tributar un merecido homenaje en este US Open de Tenis 2023 y solo quería enfatizar que me parece un acto de justicia plena.

La sola presencia de Billie Jean King en cualquier escenario agiganta la imagen del tenis. Ella es el alma de la USTA y también el espíritu de esta actividad. Gracias a ella el deporte de la raqueta subió varios peldaños en el interés de los aficionados del planeta. Debido a su desenfado y valor personal el tenis es uno de los grandes deportes en el concierto mundial.

Desde hace algunos años las autoridades del tenis de Estados Unidos decidieron bautizar al complejo deportivo de Flushing Meadows como 'Billie Jean King USTA National Tennis Center'. La Federación Internacional de Tenis también renombró el torneo de mujeres Fed Cup como 'Billie Jean King Cup'. Sendos homenajes en vida. Ambos muy merecidos.

Hace solo algunos días la ex primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, encabezó en el estadio Arthur Ashe el homenaje por el aniversario número 50 de ese memorable encuentro ante el excampeón Bobbie Riggs –y la búsqueda de la igualdad en el trato económico a las tenistas– vinieron a mi mente esos diez minutos que compartí con esa mujer combativa que me regaló con amabilidad la grandeza de su presencia.

P.D. Debo reconocer la deuda impagable que tengo con Heinz Gildemeister, quien hizo posible ese viaje. Él tuvo que regresar a Perú pronto, pero ya me había orientado muy bien para moverme como pez en el agua en el US Open.

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