Covid se llevó anoche al olímpico Carlos Burga
El Instituto Peruano del Deporte le negó subvenciones económicas a la Federación de Boxeo todo el 2020. El pugilista que defendió los colores de Perú en los Juegos Olímpicos Munich 1972 murió clamando ayuda por atención médica. Ministro de Educación, Ricardo Cuenca, fue informado de la precaria situación de pugilistas el pasado 6 de enero. Desatención del titular del IPD, Gustavo San Martín, ha sido clamorosa.
Por Wilder Buleje
La muerte de Carlos Burga por Covid-19 -acaecida anoche- vuelve a enlutar al boxeo peruano en esta pandemia. En junio de 2020 el virus también se llevó a Luis Víctor Flores Águila, integrante del consejo directivo de la Federación Deportiva Peruana de Boxeo (FDPB). Como en aquel entonces, esa asociación deportiva sigue sin recibir la subvención económica por parte del Instituto Peruano del Deporte (IPD).
El pasado 6 de enero un grupo de dirigentes, deportistas y entrenadores concurrieron al Ministerio de Educación (Minedu) y le dejaron una solicitud al titular de ese portafolio, Ricardo Cuenca. Suplicaron por la entrega de los montos de dineros tan necesarios para soportar la segunda ola de la pandemia. Pero el ministro le tiró la pelota al impasible presidente del IPD, Gustavo San Martín, y éste continuó en sus trece: no le dio ni un centavo al boxeo.
Tanto Flores Águila como Carlos Burga eran personas de origen humilde que lograron hacerle frente a la vida con sus puños. En el caso del entrenador de menores, él consiguió trascendencia al competir con suceso en los Juegos Olímpicos de Munich 1972. Es decir, Burga formaba parte de la comunidad OLY como ahora se reconocen a los deportistas que tomaron parte en cualesquiera de las ediciones de esa competencia de carácter mundial.
Como no podía entrenar en la Bombonera del Estadio Nacional tuvo que salir a parques y lugares públicos. Quizá ahí tuvo contacto con algún asintomático y contrajo el mortal virus.
¿Por qué el IPD llevó a esta situación a la Federación Deportiva Peruana de Boxeo? Por deudas judicializadas que no fueron contraídas por las juntas directivas que encabezó el también pugilista Alberto Moscoso, recientemente reelecto en su federación. El IPD no hizo nada por cobrar las deudas generadas por dirigentes pusilánimes que siguen orondos por el Sistema Deportivo Nacional.
Pese a ello, la anterior directiva de Moscoso, como la que actualmente preside, hicieron caso a una “fórmula de solución” que propuso el mismo San Martín: cancelar 35 mil soles de un embargo por fallo laboral de la cuenta corriente de subvenciones, reprogramar las deudas y comprometerse a un cronograma de pagos estricto. Los dirigentes se endeudaron y abonaron los 35 mil soles; también presentaron nuevas formas de pago y un cronograma ad hoc. El esfuerzo no recibió respuesta positiva de San Martín. Es más, después de la marcha en el Minedu el pasado 6 de enero, San Martín hizo venir desde Cañete a Moscoso (ahí reside) solo para decirle que no le daría ni un centavo de las subvenciones y que este 2021 podría actuar de la misma manera.
La muerte de Carlos Burga no suavizará el endurecido corazón de funcionarios sin formación ni sensibilidad. El mismo Moscoso, quien superó con suerte el Covid, lo sabe. Pero si el ministro de Educación, Ricardo Cuenca, avala esa actitud entonces será cómplice del inepto presidente del IPD.
Solo como recuerdo, el boxeo consiguió dos medallas en los Juegos Panamericanos Lima 2019. La meritocracia no le sirvió de nada. ¿Cree el ministro que los demás deportistas no leen entrelíneas el desprecio para el sacrificio que hacen a diario? Bueno, de eso estamos hablando hace rato.
Solo como un botón de muestra. Gustavo San Martín autorizó el pago de 90 mil soles, dividido en tres recibos de 30 mil soles mensuales, a un exdeportista para que organice los Juegos Deportivos Nacionales Escolares, que no tienen fecha cierta de realización. Pero ese no es todo el pago por ese trabajo, hay más recibos de más personas cuyo monto total debe acercarse a los 150 mil soles. Ya informaré sobre ese asunto.
“Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley”. Así actúan los tecnócratas que solo están por los beneficios salariales del cargo y no por los sacrificios que amerita una actividad tan importante como el deporte. ¡¡¡Descansa en paz, Carlos Burga!!!
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